El minimalismo es entendido como la ausencia de cosas innecesarias, aquello que sólo utiliza lo esencial. Leonardo da Vinci dijo una vez “La simplicidad es la máxima sofisticación”, y el arquitecto Ludwig Mies Van Der Rohe adoptó el lema “Menos es más” para describir la extrema sencillez y funcionalidad de sus diseños. 500 años después, las palabras de Da Vinci se trasladaron al mundo de la publicidad y siguen hoy vigentes.
Fue en la década de los cincuenta, en plena revolución artística, donde se dieron los primeros referentes en la publicidad minimalista. William Bernbach (DDB) fue pionero en utilizar el minimalismo en la publicidad con la campaña americana de Volkswagen “Think Small”, en 1959.
Otros compañeros de la profesión, Leo Burnett (Leo Burnett Worlwide) y David Ogilvy (Ogilvy & Mather) también participaron y dirigieron esta revolución. Estos publicitarios supieron ver las necesidades emergentes de la sociedad en la época, bombardeada por numerosas comunicaciones recargadas de información visual, vieron en el minimalismo una oportunidad para impactar de forma positiva en los receptores captando así su máxima atención, ya que a través del minimalismo transmitían lo esencial, el mensaje único y claro que querían que quedase en la mente del consumidor. Vieron que lo simple vendía.
Actualmente, el minimalismo es una técnica muy recurrida en publicidad. Y es que es precisamente su simplicidad visual, su economía de elementos, lo que hace al minimalismo imprescindible para llegar a impactar al observador. A su vez, los anuncios minimalistas están mejor valorados por el público en general. La simplicidad a menudo requiere más poder creativo, ya que el mensaje debe ser claro y simple comunicándose a través de lo esencial; y estéticamente es mejor percibida por el receptor, la publicidad no recargada con elementos gráficos y varios mensajes, permite al receptor valorar libremente tanto la marca como el producto.
Sin embargo, el minimalismo sólo funciona cuando la idea es suficientemente comunicativa, como para prescindir de información adicional, y cuando contiene un insight potente.
Las características más importantes del estilo minimalista en publicidad son:
• Abstracción total. Se opera solamente en términos de color, superficie y formato.
• Economía en el lenguaje.
• Uso literal de los materiales.
• Austeridad, en lo que respecta al uso de ornamentos.
• Orden
• Geometría elemental
• Precisión en los acabados
• Concentración
• Superficies enfáticas monocromáticas.
• Arte conceptual.
La publicidad gráfica minimalista puede agruparse en tres grandes grupos según su composición, si el elemento visual con mayor peso es un dibujo, una fotografía o una tipografía. Algunos ejemplos de publicidad gráfica minimalista son los siguientes:
PUBLICIDAD MINIMALISTA CON DIBUJO
PUBLICIDAD MINIMALISTA CON TIPOGRAFÍA
PUBLICIDAD MINIMALISTA CON FOTOGRAFÍA
Pero el minimalismo no sólo se encuentra en la publicidad gráfica, sino que podemos encontrarlo, por ejemplo, en formato audiovisual. En estos tres ejemplos que ofrecemos a continuación a modo de muestra, se observa la presencia de este concepto.
En el caso del spot del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, aparecen en el spot dos chicas vestidas de blanco en una habitación completamente blanca. No hay ningún otro objeto que no sean ellas. Su maquillaje es muy natural, su peinado, en un recogido, permite ver su figura con mayor nitidez. La melodía también es de carácter minimalista. Este tipo de diseño está acorde con lo que se anuncia: un festival de cine centrado en la inteligencia artificial. Al ser algo del futuro, nuestro imaginario lo concibe con formas sencillas, colores blancos y metálicos y sonidos mecánicos, lo cual tiene muchos puntos en común con el estilo del minimalismo y, de este modo, ha ganado en cuanto a efectividad.
Este spot de Mortiz se caracteriza por la sencillez. Únicamente aparecen 5 cervezas y una mano sobre un fondo blanco y está realizado con un único plano; el justo y necesario para transmitir su mensaje.
Esta serie de anuncios de Mixta también se caracterizan por el estilo minimalista: un único plano con un pato sobre un croma verde.
Siguiendo el estilo de los anuncios de Mixta, encontramos este de Brooks Brothers, la cadena de ropa masculina más antigua de los EE.UU.. Con la intención de felicitar las fiestas, dispone a 7 corderos vestidos cada uno de ellos con una prenda de la cadena cantando un villancico sobre un fondo blanco. La imagen es muy limpia, existe la sensación de espacio y amplitud.
Sin embargo, son pocos los anuncios de TV que se inclinan por una estética minimalista. Suelen ser concebidos como de bajo presupuesto y deben ser muy buenos conceptualmente para que sean bien considerados y tengan éxito. Es decir, en TV prima el espectáculo, los colores, la acción, la abundancia; términos que se suelen oponer a este estilo.
Lo mismo sucede en los videoclips, la forma más común de hacer publicidad de una canción y su cantante. Sin embargo, como en el caso de la televisión, lo que prima es el espectáculo visual y es raro ver una pieza como este videoclip.
A pesar de ello, se han realizado carteles que recogen la esencia del videoclip desde una perspectiva minimalista:
No hay que olvidarse tampoco del packaging, que no deja de ser otro modo de publicidad al contener el logo y la marca en el producto. El caso de Apple es un ejemplo claro de minimalismo tanto en el propio diseño del producto como en su envase.
También encontramos su esencia en la famosa tienda de caramelos Hapy Pills:
Otro ejemplo de marca minimalista sería MUJI, la cadena japonesa se caracteriza por vender productos 100% espíritu minimalista debido a sus orígenes japoneses, un gran ejemplo del minimalismo aunado con la funcionalidad. Aquí lo podemos observar con sus bolígrafos, una agenda o incluso con un peluche reversible “huevo-pollito”.
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